Cualquier persona que se haya asomado a la cisterna del inodoro o haya quitado la tapa de una mochila habrá visto el conjunto de la válvula de entrada y una varilla de plástico o bronce que remata en un flotante. Este «brazo» es el que produce el corte cuando el agua llega a cierto nivel.
La regulación de la altura, o sea la cantidad de líquido almacenado se realiza en estos sistemas tradicionales mediante el ajuste de un tornillo que varía la proximidad o el alejamiento de la válvula de corte. Otro sistema, trae la varilla dividida en dos segmentos y con una mariposa se varía el ángulo con lo que se logra cambiar el nivel de corte, al bajar o subir el flotante.

Por otra parte, el llenado del tanque siempre se realiza haciendo ingresar el agua por la parte inferior a fin de evitar el ruido que produciría el chorro al caer desde la válvula hasta el fondo de la cisterna. Esto se logra con un tubito de goma o plástico que va de la válvula hasta la parte inferior. Cuando este tubito se rompe, se suelta o bien no está previsto, el agua no deja de cantar, como si se tratara de una fuente de plaza, hasta que el flotante determina el corte. Otras veces la sensación de goteo permanece por largo rato dentro de la casa.
Lo ultimo en sistema de carga de cisterna de inodoro
Recientemente apareció un mecanismo de válvula de corte que sorprende por la simplicidad. Y desde luego por la eficiencia con que soluciona los problemas del nivel de agua en el depósito y la eliminación de los ruidos de escape.
El grabado muestra el flexible que trae el agua de la red, la tuerca de fijación del mecanismo a la cerámica del depósito, y cómo quedará instalado.
El aparato en su conjunto. El agua de la red ingresa por un tubo de 1/2 pulgada, sube hasta la válvula y si está en posición de carga (depósito vacío o semivacío), cae por el tubo mayor al piso del depósito. Así, silenciosamente sube de nivel a un ritmo parejo ya que la válvula de ingreso permanecerá abierta a pleno todo el tiempo. El cierre de la misma no se produce en forma gradual como sucede con el flotante tradicional.
Cuando el agua alcanza esta altura empuja hacia arriba un tapón plástico. Mientras no haya pérdida de este nivel la abertura permanecerá cerrada. De esta forma la cazoleta no se inundará hasta que sea el momento.
El agua continúa a idéntico ritmo subiendo hasta el par de muescas que tiene la cazoleta en el borde superior. Ahora, instantáneamente la inunda. Esta operación es muy rápida porque la cantidad de agua necesaria es ínfima. La campana queda sellada por el agua y conserva en su interior el aire necesario para que la presión del líquido la haga subir. Más presiona el agua, la burbuja de aire sube arrastrando a la campana. Al subir accionará una palanca que empuja la pequeña válvula de caucho termoplástico que al presionar contra la boquilla corta el agua.
Cuando se ha utilizado el inodoro y se presiona el botón se produce la descarga. La pérdida de nivel hace que el tapón plástico del piso de la cazoleta quede descomprimido (ya no hay quien lo empuje hacia arriba). El agua de la cazoleta se escapa por ese orificio y la burbuja de aire deja caer la campana que tira hacia abajo a la palanca y la válvula de ingreso queda abierta. Se inicia el llenado del depósito, comenzando otro ciclo igual al anterior.
Para acceder a la gomita de la válvula sólo hace falta girar 1/4 de vuelta la anilla celeste.
Se aprecia la boquilla, la ficha de caucho y el O´ring que impide cualquier fuga de
La campana aventaja al flotante ya que no se pincha y por lo tanto no se inunda como suele suceder muchas veces. El cierre para dejar el aire entrampado lo produce el líquido mismo, algo así como tratar de hundir un vaso boca abajo en el agua.
El mantenimiento de la cisterna del baño
Las partes que pudieran sufrir desgaste o rotura son insignificantes y la ventaja de este mecanismo es que al llenar la cisterna a un ritmo parejo (porque no cierra gradualmente) elimina el ruido del goteo y caída del agua dentro del hogar.
Además con este sistema la cantidad de agua que almacenará el depósito en cada carga se regula con sorprendente facilidad: una varilla roscada, desplaza al conjunto de cazoleta y campana hasta la altura que se desee.
Para evitar cualquier desviación, el conjunto sube y baja guiado por una abrazadera sujeta al tubo de descarga. La regulación puede hacerse en forma precisa con solo girar con los dedos la varilla roscada. En el sentido de las agujas del reloj el conjunto sube y por lo tanto el nivel de agua es superior.