¿Cómo reciclar una lámpara?

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Así como desde la antigüedad se definió al hombre como la medida de todas las cosas y desde que nos paramos en dos patas no dejamos de establecer medidas y cuantificarlo todo: no es menos cierto que somos la máquina más perfecta de guardar cosas en nuestro hogar. Útiles o inútiles, no tiene importancia. Que hay personas más conservadoras y guardan todo y, otras que son más propensas a tirar. Pero la verdad es que a todos nos sucede un día, encontrarnos con cosas que por alguna razón práctica o sentimental dejamos arrumbada en algún rincón de la casa.

Trucos de bricolaje

Esquema eléctrico de la lámpara de pie que puede ser aplicado a cualquier velador.

Atención: por dentro de la llave de luz pasan los dos cables. Pero uno sólo es el que se interrumpe.

  1. La desarmamos íntegramente, casquillo portalámpara, llave interruptora, arandelas y tuercas de sujeción, también miramos el cable y la ficha de enchufe. Por fortuna, todo estaba sano, sin grietas, ni muestras de recalentamientos.
  2. Armamos el conjunto independiente de la tulipa reflectora y comprobamos que todo funcionaba a la perfección. Colocamos una lamparita de 60 W, esmerilada con lo que conseguimos una luz blanca uniforme.
  3. Y una vez que con suaves golpes quitamos las abolladuras todo fue aplicar antióxido al pie de hierro y pintura de un color cálido por fuera, y blanco en el interior. Fueron necesarias 3 manos de pintura diluida con aguarrás a fin de que el calor de la lámpara no levantara cascarones o ampollas como posiblemente hubiera sucedido en el caso de aplicar el bricolaje y la pintura tan espesa como viene en el tarro.
  4. Una vez seca, armamos el conjunto tal como estaba y comprobamos que había motivo para decir que habíamos logrado nuestro RESCATE.

El Rescate de un objeto del hogar

Comience el viaje en el momento justo en que sus ganas se encuentren a flor de piel. Los días muy nublados o lluviosos son ideales.

Nunca se proponga ir al rescate de ese objeto que pretende reflotar como una obligación porque corre el riesgo de quedarse en el apronte y no iniciar nunca el viaje.

Búsquelo con calma y observe para futuras incursiones si hay otras cosas útiles y queridas. Cuando lo tenga a mano, límpielo y vaya midiendo la utilidad que puede prestarle y si el gasto que tendrá que realizar le compensa para continuar. Hay algo que tendrá que poner en este platillo de la balanza: la satisfacción que le producirá ser Ud. mismo el que devolvió a la vida útil a este objeto abandonado y la parte sentimental. Eso no podrá valorarlo en ninguna moneda de curso legal porque tiene que ver con su espíritu.

Una lampara destinada a la habitación de lectura

Necesitábamos desde hace tiempo una lámpara de pie que nos facilitara la lectura en un rincón del patio cubierto cuando declinaban los rayos del sol y varias veces nos detuvimos a mirar vidrieras donde había lo que estábamos buscando. Pero como siempre sucede la que más nos gusta es la más cara y nuestro bolsillo no alcanza. En un momento, tarde de lluvia por medio, nos acordamos que teníamos algo que podría servir. Cuando la encontramos nos dio pena: empolvada, con manchas de grasa, con abolladuras, cascarones de pintura saltados y apenas se tenía en pie. La gran duda: ¿podríamos darle una apariencia digna y que funcionara correctamente para cubrir nuestra necesidad? En minutos, mediante viruta de acero, detergente, agua y un trapo limpio, ya había cambiado su aspecto.

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