Remedios para eliminar la condensación de la vivienda

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Como es imposible impedir la formación de vapor acuoso, lo que procede es buscar la forma de eliminarlo antes de que se produzca la condensación. Evidentemente, la mejor solución es una buena ventilación cuidadosamente dosificada, abriendo las ventanas en momentos en que en el exterior reine buen tiempo, instalando ventiladores y extractores que aspiren y expulsen el aire interno o bien estableciendo o aprovechando conductos de aireación. En muchas casas antiguas que va los tenían, se-obturaron dichos conductos por razones erróneas.

En general se puede decir que cualquier posible fuente de vapor de agua tiene que estar acompañada o dotada de un sistema de expulsión de la humedad que produzca. Si esto es imposible o difícil, conviene equipar bien la estancia.

En la cocina las paredes deben estar dotadas de pinturas que transpiren, ya que las normales (especialmente los esmaltes) resultan impermeables y frías y sobre ellas se deposita la condensación igual que sobre el vidrio. Y así como en el vidrio se ve de manera clara el empañado, en las paredes, particularmente en las claras, la condensación o empañado pasa casi por completo inadvertida. No obstante, su presencia se detecta fácilmente pasando por encima de la superficie la mano, que quedará tan humedecida como cuando se pasa sobre un cristal.

Pinturas con aditivo antimoho

Una primera solución consiste en proporcionar un aditivo antimoho a las pinturas antes de aplicarlas a las superficies. Estos aditivos pueden adquirirse en las droguerías y en los establecimientos de suministros para el pintado.

Campana aspirante

Encima de todos los hornillos y cocinas es indispensable colocar una campana aspirante que, si es posible, conecte directamente con el exterior. De todos modos, existen campanas que acumulan en filtros adecuados los vapores, vahos y humos. Ahora bien, no se conseguirá nada si estos filtros no se limpian y sustituyen periódicamente. Esto supone, naturalmente, un molesto trabajo, pero es de todo punto necesario si se quiere realmente absorber la condensación. De no hacerlo con eficacia y periódicamente, es preferible no recurrir a dichas campanas, ya que una campana de absorción de vahos y humos mal atendida tiene más bien efectos negativos. Es más, aumentan todos los efectos nocivos de la condensación.

Extractores en las ventanas

Una solución relativamente buena es el uso de extractores en las ventanas, siempre y cuando sean capaces de ocasionar una renovación eficaz del aire ambiental de la cocina. Es preciso calcularlo bien, sin confiar en lograrlo con un pequeño extractor, casi de juguete, situado en medio del cristal de una ventana. Un buen extractor debe ser capaz de producir una evacuación y renovación de aire en proporción con el volumen total de la cocina y se ha de situar siempre en la parte alta, lo más cerca posible del techo, para conseguir que trabaje con el máximo de posibilidades y sin necesidad de forzar que las corrientes de aire provocadas en el interior hayan de ser evacuadas por el método de convección.

Si los hornillos y las planchas de cocción no se hallan cerca de una pared exterior, la campana tendrá que disponer de un buen conducto de evacuación que vaya a parar hacia el exterior a través de la pared más cercana. En las casas antiguas, muchas viejas campanas situadas encima de los fogones fueron eliminadas por el gran espacio que ocupaban dentro del ámbito de la cocina. Algunas de ellas tenían conducto (chimenea) directo hacia el exterior por arriba. Conviene volver a aprovechar dicho conducto, que fue cegado, para proporcionar una buena evacuación a la campana que se instale. En otros casos la campana era ciega, carecía de chimenea al exterior y solamente actuaba como una especie de depósito acumulador de vahos y hollín en las paredes interiores. En tal circunstancia, deberá buscarse la manera de proporcionar salida a la campana que se instale.

Cualquier extractor de aire debe estar «contrabalanceádo» por la presencia de una rejilla de aireación, o sea, una toma de aire situada en la parte inferior, tanto si se trata de una puerta como de una pared. Este complemento adquiere particular importancia si en la cocina, además de los fogones de cocción, existe un calentador de gas, por cuanto la depresión ocasionada por el extractor de aire puede originar una reabsorción de gases nocivos producidos por el evacuador del propio calefactor.

El aislamiento

Cuando se procede al aislamiento de una pared, con paneles de poliestireno expandido, espuma de poliuretano o productos análogos, hay que informarse a través del suministrador de la posible utilización de una «barrera contra el vapor» en el interior de la pared en cuestión, que deberá estar en relación con la capacidad de absorción de agua que tenga el material aislante utilizado.

La barrera contra el vapor más sencilla es la constituida por una hoja de plástico blando (o semirrígido) clavada a la pared y recubierta con paneles aislantes. Pero hay que prestar mucha atención, pues si la pared presentara humedad, como consecuencia de una afloración acuosa procedente de capilaridad de los cimientos o de una infiltración lateral, la barrera contra el vapor resultaría contraproducente, por cuanto la humedad permanecería en el interior de la pared y se traspasaría al aislamiento chupando hasta saturarlo.

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