Tuberías y grifos en el exterior de la casa

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Es necesario conocer muy bien el recorrido de las diversas tuberías de alimentación.

Normalmente, se desarrolla en un tramo rectilíneo y puede interrumpirse mediante una válvula de paso situada en un lugar muy accesible.

Es bastante probable que esta válvula sea propiedad de la compañía y quizá esté junto al contador. En estos casos solamente los agentes de dicha compañía pueden intervenir.

Un grifo en el exterior de la casa puede ser muy útil para ofrecer distintos servicios: para jardín, huerta, garaje, laboratorio, lavaderos, etc., sin necesidad de establecer una prolongación incómoda y con posibles pérdidas en los empalmes a partir de un grifo del interior de la casa.

Situación de las tuberías externas

Generalmente, el tubo de alimentación de una casa aislada suele correr enterrado a unos 50-60cm de profundidad para evitar que el agua se hiele. El último tramo de tubo, antes de entrar en la casa, suele estar ligeramente inclinado hacia arriba para evitar formaciones de burbujas.

  • El tramo que atraviesa los cimientos suele estar revestido con un tubo de diámetro y espesor mayores (de un material aislante, como gres, cemento, fibrocemento, etc.) que lo protege de eventuales movimientos de asentamiento de la casa. Por regla general, la tubería de alimentación entra en la vivienda a través del suelo del sitio en donde hay más consumo de agua (la cocina, los aseos, etc.) Si sube a través de un espacio hueco entre un ensolado de hormigón y un suelo con cámara inferior, es conveniente que también quede protegido de eventuales corrientes de aire frías que se infiltren por el subsuelo.
  • Si, en cambio, el tubo emerge cerca de la casa y en el exterior, conviene que esté protegido contra las heladas; este trabajo de protección puede ser muy complejo si se realiza después de haberse hecho la construcción. Envolver la tubería con fibra de vidrio de 100mm de grosor y aplicar además un recubrimiento de polietileno puede resultar un buen sistema de aislamiento. Hay que evitar que la fibra de vidrio se empape de agua y pierda sus cualidades aislantes.

El contador y la válvula de paso

Ya se ha dicho que la válvula de entrada a la casa suele depender de la compañía suministradora. A su vez, el contador puede hallarse junto a dicha válvula o en el interior de la casa, aunque sea en un sitio simplemente cubierto, pero no cerrado. a Para no tener que acudir ala compañía cada vez que se quiera realizar una intervención en la instalación, cabe la posibilidad de intercalar en la tubería de alimentación un grifo de paso propio, para lo cual solamente se tendrá que solicitar de la compañía que interrumpa la alimentación mientras se realiza la instalación de dicho grifo.

Es muy posible que el contador, aunque esté situado en el exterior, se halle convenientemente protegido por una construcción de obra, cuyo interior se puede inspeccionar fácilmente abriendo una puertecilla. Convendría, en este caso, revestir con un buen material aislante las paredes interiores de dicha construcción y hacer lo propio con la puerta. Quizás esto carezca de importancia en lugares donde raramente se producen heladas.

Lo normal es que en el interior de la casa, e inmediatamente después de la entrada en ella del tubo de alimentación, se hallen unas válvula de paso, en cuyo caso se podrá prescindir de la válvula exterior mencionada.

Perdidas en las tuberías y grifos

Un escape enterrado puede pasar inadvertido durante mucho tiempo, pero tarde o temprano habrá algunos detalles que pondrán sobre aviso. Apreciar manchas de humedad en el suelo, notar una pérdida en la presión normal del agua en los grifos de agua fría o, también, el sonido que produce el agua que gotea o fluye cuando no se utiliza ningún grifo de la casa, son los principales indicios.

  • En el caso de considerar que la pérdida se halla dentro del tramo propiedad de la compañía, conviene avisar a los servicios de ésta, cuyos aparatos de detección permiten localizar el sitio concreto en donde se produce un escape.
  • Si se sospecha que la pérdida se halla dentro de la tubería de la que somos responsables, lo mejor es recabar la ayuda de un instalador autorizado, que dispondrá de medios adecuados para detectar y reparar el escape.
  • En las casas viejas, que suelen ser las más propensas a un escape, las tuberías suelen ser de hierro; por lo tanto, con el transcurso del tiempo, son afectadas por la herrumbre. Otras veces la tubería es de plomo: también acaba siendo afectada, tanto por grietas como por acumulación de depósitos de sarro. En las casas modernas, en las que suele utilizarse el cobre, la pérdida puede deberse a una junta mal realizada o que ha sufrido un accidente ocasional. Para disminuir estos riesgos, es aconsejable usar juntas de compresión especiales y, aún mejor, utilizar tubería en rollo recocida, con la que generalmente se elimina el uso de empalmes, pues los rollos tienen gran longitud.
  • Actualmente, si las compañías locales lo permiten, cabe también usar tubo de polietileno negro, que también puede adquirirse en grandes longitudes. Tiene la ventaja adicional de que sus gruesas paredes constituyen un buen aislante contra el frío; así, en el caso bastante improbable de que llegue a helarse el agua en su interior, son suficientemente elásticas para ceder a la dilatación del agua sin que lleguen a ocasionarse roturas.
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